LA COCINA DEL SENTIDO
"Los signos no andan sueltos, se organizan en sistemas a partir de un principio ordenador que es el mismo Sistema"
Durante la clase del lunes 8 de Marzo, conversamos sobre la Cocina del Sentido, el lugar especial en el cual se produce la "hechura" del objeto, es decir la forma en la que los objetos se producen.
Y, ¿para que sirve poder convertirnos en espectadores del proceso de producción de los objetos?
Sabemos claramente que todos los objetos que forman parte de nuestro mundo son signos. Frente a esto, analizando la cualidad que poseen los signos sabemos que significan, lo que en resumen nos demuestra que todos y cada uno de los objetos son portadores de Significación.
No obstante, para variar, cabe destacar que como ciudadanos que se adaptan y desarrollan en un mundo hiper globalizado en el que se alienta a la masas al consumo indiscriminado, no vivimos en un mundo neutralidad y significación inocente. Al contrario, las herramientas del diseño, así como otras empresas en general se han adueñado de los objetos, construyendo en ellos algo que va mucho más allá de sentido denotado del bien material (lo que se ve estrictamente), generando, en consecuencia, denotaciones que tienen como finalidad ultima perseguir y capturar la atención del ciudadano promedio.
Con esto no intento decir que edificar en el objeto una significación constituye un planteo inmoral. Al contrario. Sería ilogico pensar en un objeto sin sentido, o al menos, sería mas pertinente ver en este el sentido de no tener un sentido. Propiciar en un objeto un significante es algo a lo que no podemos escapar. Como vimos la clase pasada, el sentido, finalmente, termina sobrepasando la funcionalidad del objeto en cuestión superando a toda materialidad posible. No obstante, si nos vemos aprisionados en un mundo en el que todo lo que nos rodea tiene sentido, es necesario y fundamental aprender a leer lo que los objetos nos quieren decir, para "no padecerlos, resistirlos, o buscar la manera de modificar el mensaje que poseen".
Alejarnos de la simple observación de los signos como entes o significantes naturales es la tarea sobre la que mayor práctica debemos ejercer. Si la semiología, a través del Sentido Connotado, es la disciplina capaz de dar cuenta de la igualdad de interpretaciones que se desarrollan entre diferentes seres humanos en un mismo sistema, dicha herramienta se conforma como fundamental para desarrollar la significación en el mundo moderno. Como mencionaba antes, no hay inocencias en este proceso. Todo está absolutamente pensado y planteado desde el momento "cero" hasta la comercialización o distribución del producto. La significación y el sentido que denotan los objetos se plantean en torno a relaciones de poder. Nuestra tarea, finalmente, es no dejarnos llevar por ellos. Ser capaces de vestirnos con las gafas necesarias para decodificar y leer verídicamente cada objeto. Conocer toda la información de manera ampliada sobre el dispositivo al que nos enfrentamos, y por fin, esta vez de manera consciente, tomar partido de dicha situación.
En relación a lo trabajado en la clase, para terminar y poner en práctica la teoría aprendida llevamos a cabo un ejercicio, el cual se encuentra especificado detalladamente en la entrada "Actividad 2". En resumen, el ejercicio básico era proponer una relectura de una publicidad, comparando y modificando el mensaje en contradicción a la contemporaneidad.
La primera imagen, la publicidad original desarrolla un mensaje connotado en el que se expone a una mujer, con un rostro agradable, una serie de productos de belleza, y elementos lingüísticos en los que se exponen frases como "La edad que tiene es cosa suya" o "La que aparenta es cosa nuestra". Acá me detengo a observar que en esta publicidad, el sentido connotado es mas que claro, al menos desde una perspectiva actual. Dichos elementos conformantes del dispositivo funcionan como la estructura básica para exponer un significado, un segundo mensaje o mejor dicho un Sentido Connotado. En este se hace referencia a la edad como un elemento Taboo, se habla de la belleza como una imposición determinada y necesaria a mantenerse única y simplemente por la Mujer, se menciona la incapacidad de tomar decisiones por parte del colectivo femenino viéndose obligadas a adaptarse a los ideales que una empresa representa, se muestra un rostro "bello" como objetivo de llegado, y como "filtro" para designar quienes si, y quienes no pueden acceder a dicho producto (solo mujeres blancas).
Frente a esto, una vez entendidos cuales eran los elementos del dispositivo que profundizaban y generaban el mensaje final de dicho panfleto, decidí, a través de un intento de activismo artístico reinterpretar y modificar la obra satirizando sus elementos dominantes basados en las relaciones de poder y de mayor nivel social/cultural de aquella época chocándolos con los de ahora. Para ello, modifiqué los títulos, pinté el rostro de la mujer (ahora morocha, con canas, despeinada y con bigote), y finalmente sustituí las ilustraciones de productos de belleza por productos random. Mi intención última no fue solamente deconstruir y desactivar el mensaje en torno a la belleza femenina en dicha publicidad, sino también desvalijar, mediante la ironía y la burla, el potente mensaje patriarcal que denota desde el siglo XXI el folleto para presentar una publicidad que expresa la libertad de expresión, opinión y decisión de la mujer sin importar lo que piensen los demás.
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