LA LINGÜISTICA COMO UNA PROFUNDIZACIÓN HACIA EL LENGUAJE


Durante la clase del 15 marzo, dimos lugar al aprendizaje de los contenidos expuestos en el siglo XIX, por el francés Fernandin Saussure. Para ser sincero, debo expresar lo complejo que me resulto al principio entender lo que este intentaba exponer, no obstante, dicha situación me hizo replantearme la poca importancia y atención que prestamos al territorio lingüista.

Nacemos, nos desarrollamos y aprendemos a comunicarnos. Aprendemos de una manera, podríamos decirlo, natural y dada. Como si el lenguaje fuera la condición sin que non del ser humano. Pero, ¿Es acaso eso cierto? En relación a lo expuesto por nuestras profesoras, pude aprender y entender mucho mas en relación a dicho tema.

Fernandin dió lugar a la separación del lenguaje, en lengua y habla. Aunque son diferentes, a mi parecer, una depende de la otra y viceversa desarrollándose desde tiempos remotos en una mutua interdependencia. Pero viajemos un poco a la raíz de cada una. El responsable de la revolución lingüística separa y destila el lenguaje en dos: Por un lado la lengua y por otro el habla. Aunque muchas veces, por ignorancia, creemos que ambos son uno igual.

Lenguaje nos remite, mas específicamente a un código. Un código formado y estructurado, lineal y construido, no arbitrariamente, sino de manera especifica para desarrollar un sistema complejo que permite a les individuos comunicarse entre si. Dicho código, se compone de signos, signos que, como explique en el apartado de "Actividades", funcionan como jugadores de futbol o engranajes de una pieza que se conforman y orden en base a principios para hacer funcionar dicho sistema. Uno es tal, porque no es el otro, como lo expresa una de sus propiedades: Su propia identidad relacional. Como todo lo que nos rodea, ni el signo ni el sistema se encuentran aislados o conforman un ente especifico e individual de cada persona. No, al contrario, se forman prestando atención y a partir de convención y desarrollos totalmente sociales-culturales. Esto, entre otras cosas, nos da la posibilidad de entender, de comprender y de racionalizar e interiorizar en nuestra mente una imagen acústica de lo que sea se nos presenta frente a nosotros, por supuesto siempre y cuando sea ya conocido. El signo, entonces, funciona como el significado y el significado conformando la unidad mínima de la lengua y construyendo a la significación.

El habla, al contrario, es a mi parecer "una especie de dialecto propio" Y digo propio, porque incluso los dialectos, que son formas del mismo lenguaje de expresarse, se desarrollan basadas en una especificación geográfica-social-cultural, entre otras. El habla, vendría a ser la manera en la que nosotros nos expresamos y exponemos nuestras ideas, pensamientos, y hasta emociones. Es nuestro signo identitario y característico que nos convierte en sujetos en el mundo, que piensan, asocian y construyen de manera única, aunque sin distanciarse del sistema (lenguaje/lengua) del que forman parte.

Y, ¿por que toda esta explicación? Mientras escribía, surgió en mi una cuestión. Quizás no tan importante, pero a mi juicio, interesante. Me pregunte: Escribir ¿Los o Les individuos? Retomando la premisa con la que comencé dicha entrada, a menudo, tomamos como natural cientos de sistemas y estructuras que se nos han impuesto desde nuestro nacimiento, olvidándonos que dichas invenciones no son mas ni menos que producto de personas como nosotros, que no obstante, se han desenvuelto en contextos diferentes. Se cuestiona mucho la utilización de un lenguaje inclusivo e igualitario, en el que hombres, mujeres, binarios, no binarios, personas trans, entre otras puedan ser inclusivos. Algunos apuntan contra la falta de academicismo en este, e incluso hacia su "anti naturalidad". Sin embargo, la lengua esta para moverse y mutar, para cambiar. Lo muestran los libros y la historia, el español de la epoca colonial no es el mismo que hablamos ni escribimos. El lenguaje no es solo un elemento que nos permite comunicar, sino, muchas veces clasifica, separa y ordena según sus estructuras, las cuales, por mi parte ya se encuentran viajes y débiles para mantenerse. Si la sociedad transita, progresa y se desarrolla, entiéndase esto en conceptos de tolerancia, aceptación y entendimiento de un sistema no patriarcal, entonces el lenguaje puede y debe hacerlo. Sostener viejas estructuras en la contemporaneidad es casi como usar uno de los primeros teléfonos que se inventaron en la historia: No sirve de nada. La lengua no es mas ni menos que un instrumento modelado por la sociedad, y si movilizamos a la sociedad, indudablemente alteramos irreversiblemente al lenguaje, para mejor.

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